La implementación de intervenciones biomédicas y comportamentales requieren un entorno propicio para hacerlas factibles.
Dichos entornos sólo son posibles a través de cambios estructurales acordados por los diferentes sectores sociales, incluidos el gobierno, los cuerpos
legislativos, la administración de justicia, el sector privado y muy importante, los aportes de la sociedad civil.
Con frecuencia las acciones para el cambio estructural involucran actores diferentes al sistema de salud, tales como programas de protección e integración social, políticas de inclusión de discapacidad y diversidad sexual, secretarías de la mujer y género, defensorías, personerías, asistencia monetaria directa, programas de seguridad alimentaria, asistencia humanitaria de emergencia, programas de derechos humanos y acceso a la justicia, entre otras, cuya articulación se lleva a cabo en comités intersectoriales de respuesta al VIH.
Las principales intervenciones estructurales comprenden:
- Reducción de estigma y discriminación hacia personas que viven con VIH
y grupos clave. - Promoción de la equidad de género.
- Prevención de la violencia sexual y de género.
- Despenalización de las prácticas asociadas a alto riesgo de VIH.
- Garantía y protección de derechos.